Colchones para prisiones con fundas antiácaros

La higiene en las cárceles españolas no siempre es la más óptima, dando como resultado en los últimos años un incremento de casos de sarna en algunas prisiones. El problema viene de las secreciones de los propios ácaros o los restos que dejan al morir. Al entrar en contacto estos residuos orgánicos microscópicos con la piel acaba sufriendo alergias, picores, incluso estornudos y asma, siendo muy indicativo que las camas y colchones de muchas prisiones no estén lo suficientemente limpias y desinfectadas o no sean los más adecuados.

El problema de algunas cárceles es que sus colchones son viejos y llevan muchos años sin renovarse por otros más higiénicos y eficaces. Los colchones destinados a las prisiones hoy en día cuentan con unas características que antes no tenían, de ahí el creciente interés por parte de las instituciones penitenciarias por este tipo de colchones. En primer lugar porque las mejoras en cuanto seguridad constituyen el principal motivo, entre los cuales está la capacidad ignífuga de sus fundas y su núcleo de espuma, una cuestión vital para evitar que los reclusos prendan fuego. El segundo motivo por el cual los últimos colchones que están saliendo al mercado para los centros penitenciarios son más efectivos, en este sentido y en paralelo a su capacidad ignifuga están sus calidades hipoalargénicas y antiácaros.

No podemos olvidar las últimas noticias que en este pasado año 2019 se han conocido a cuenta de reclusos que han contraído la sarna, un problema que se ha agravado por la falta de médicos, higiene y también por no contar en ocasiones con un colchón adecuado. Es conveniente que al margen del tipo de colchón se higienice diariamente y se ventile durante una hora por las mañanas, al menos así se elimina la humedad y el sudor de las sábanas y del colchón, acabando con los ácaros, ya que estos se deshidratan y mueren finalmente.

Las fundas de colchones para prisiones pueden servir para varios usos diferentes al estar estandarizados sus tejidos, ya que sus características son válidas también en geriátricos u hospitales. Muchas de las fundas de colchones en el mercado serán adecuadas para más de una de estas características, es decir, pero algunas están diseñadas de manera que prioriza una o dos características sobre las otras. En el caso que nos ocupa, tanto su cualidad ignífuga como su capacidad antiácaros están a muy alto nivel de protección.

El látex, la lana, el poliéster y el algodón son algunos de los materiales más comunes que se pueden encontrar al mirar las fundas de colchones hipoalergénicas. Todos son naturalmente resistentes a las alergias, pero el algodón y la lana priorizan más en cuanto a comodidad con un tacto agradable y suave, mientras que el poliéster y el látex son mejores por ser resistentes a las alergias y al agua. En la mayoría de los casos, se pueden encontrar fundas de colchones que son una mezcla de materiales para aprovechar los beneficios de diferentes tipos. Aunque para las prisiones, la prioridad está clara, la premisa fundamental sobre la que se adquieren este tipo de colchones es para preservar la seguridad ante un posible incendio y la de guardar una higiene preventiva ante los ácaros, por encima de la comodidad.