Colchones ignífugos con certificado IMO bajo normas SOLAS
Fabricados en España
Cortinas ignífugas de seguridad para celdas compartidas en cárceles
No todas las cárceles tienen las mismas comodidades, pudiéndose encontrar celdas que más que lugares para la reclusión parecen habitaciones de hotel de cuatro estrellas.
En el otro extremo están las celdas masificadas que en un principio fueron calabozos temporales y que por la falta de espacios en las cárceles se han quedado como lugar de reclusión llegando a permanecer ahí los detenidos hasta un año.
En cárceles medianamente decentes los internos ocupan celdas individuales, aunque no es lo usual, casi siempre se tiende a compartir celda con otro recluso por insuficiencia temporal de alojamiento o por indicación médica o de los equipos de Observación y Tratamiento.
Compartir celdas es un inconveniente a priori porque desaparece la privacidad e intimidad, aunque por otra parte los beneficios de poder compartir con otra persona los problemas y cierto aliento psicológico ayudará al recluso a sobrellevar sus días de reclusión en un espacio tan reducido.
Existen celdas que incluyen literas para dar alojamiento hasta cuatro reclusos, en estos casos la intimidad queda más limitada, para ello se equipan con cortinas ignífugas de seguridad para celdas compartidas en cárceles.
Estas cortinas se fabrican para dar respuesta a las exigencias contraincendios que se piden en centros de reclusión y penitenciarías. Sus tejidos están pensados para resistir tanto la ignición como la propagación de la llama de un incendio.
Pero hay otra característica fundamental que las distingue de las cortinas normales, es su alta resistencia a la tracción, de ahí que se utilicen para prevenir posibles desgarros y su manipulación para un uso violento.
Para dotar de cortinas una celda de prisión, es imprescindible que las literas cuenten con una barra integrada y colgando sobre esta la cortina confeccionada con ollados de plástico, que son anillas tanto insertables como extraíbles, llamados también ollados mágicos. Este sistema de cortinas se monta para evitar que se desprendan barras y las cortinas se usen como cuerdas, al tiempo que de facilidad para quitarlas y sean lavadas.
Se ha demostrado también que mantener un mínimo de privacidad entre los reclusos es fundamental pero a la vez difícil de entender al existir una contradicción entre la negación de las personas internas en prisión y la legislación penitenciaria en su artículo 25.2 CE. En cualquier caso hay que dar privacidad en momentos como la higiene.
De ahí que haya celdas que integren las duchas con cortinas utilizando rieles a techo sujetos con tornillería especial, siendo estos tejidos antibacterianos, hidrofugados, antimoho y a la vez ignífugos.
La reducción de la intimidad en la vida diaria de una prisión no es nuevo para nadie y solo cuando el recluso se queda en su celda con su soledad es cuando más intimidad se necesita.
El uso de camas literas compartidas obliga a usar cortinas de privacidad, que sumergen en su mundo privado e intimo al recluso cuando corre las cortinas, un velo que delimita su área de descanso ofreciéndoles un espacio vital y algo de dignidad.
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